lunes, 10 de noviembre de 2008

invi

Ayer eran las 8:10 y veamos, estaba borracho. No mucho, pero lo justo para irme con J a romper cosas por las calles más oscuras del barrio. Tenía en el bolsillo la cartera con el DNI y rebusqué y rebusqué pero no encontré ningun billete. Había, quizás, un euro en monedas de 20 y 10 centimos. Los cobres no estaban, lo uso para tirarlos cerca de alguien en la calle o el metro y mirar a ver si se agachan a por ellos o lo dejan estar. Casi nunca se agachan pero siempre es entretenido ver como la gente duda de unas formas u otras.

El caso es que andaba sin dinero y un poco borracho y en eso que estabamos dando patadas a un contenedor amarillo que sonaba a botellas de cristal chocando unas contra otras cuando se nos acerca un bobete de unos 15 a unirse a la fiesta.

Esto nos enfuerece así que la tomamos con el. Le metemos en el contenedor amarillo y lo tiramos en medio de la carretera cuando pasa un autobus rojo bastante vejete que le da de refilón. Así que el autobus no se para y nos llevamos al bobete a un parque cercano a ver que tal le fue el viaje.

Los primeros 15 minutos no dice nada coherente pero la asociación de ideas es bastante entretenida de escuchar así que le escucho atentamente. Dice cosas como: fuego, si, que, Yone, Aah, chis-chas y algunas otras palabras sueltas. Nos empezamos a aburrir J. y yo pero el bobo espabila y nos ve, se intenta levantar rapidamente pero se cae de morros al suelo otra vez. Eso hace reir fuerte a J. que me dice que le invitemos a algo por ser un hijo de puta tan divertido. Aún guardo algo flojo encima y ya no estoy tan borracho así que divido entre tres y nos tomamos algo convidando al bobete que es buena forma de empezar la jornada.

Después de ese desayuno de campeones dejamos al bobete tumbado en un banco (se ha mareado un poco después de tanta agitación) y con lo que llevaba en los bolsillos nos invitamos a un cafe en un bar cercano.

Llevan ya una semana sin limpiarlo y el suelo está lleno de barro. Camino hacia mi mesa favorita y me fijo un poco en la clientela. Huele un poco más fuerte que de costumbre. La mezcla de polvo y sudor se pega a las paredes y se resiste a desaparecer.

martes, 16 de septiembre de 2008

1+

Siempre que tiro los dados sale siete. Llevo ya unas doscientas tiradas y obtengo el mismo siete una y otra vez. Un uno en el dado azul y un seis en el dado rojo.

Empecé a contarlas hace una hora y llevo ya varias hojas lisas arrancadas de el pequeño cuaderno de notas de mi hermana. Primero pensé que estaban trucados y probé tirándolos por separado. Cada dado por separado me daba resultados normales en el que cada numero tenía aproximadamente la misma probabilidad de salir. Pensé que quizas hubiera imanes así que me fui a la calle a probarlo. Nada, por separado los dados eran perfectamente normales pero cuando los tiraba juntos me daba siete (uno azul, seis rojo). Probé a tirarlos desde cada mano, desde un cubilete, empujándolos por el borde de una mesa, tirarlos dentro de una jarra de agua.

Cada vez que los tiro juntos se intensifica una sensación que empezó desde las primeras tiradas. Una opresión, una nausea pesada y nerviosa. Noto un sabor extraño en la boca coma lo que coma y la respiración me provoca calambres en los pulmones. Mis tiradas estan contadas, lo se.

Me queda un numero determinado de tiradas y cada vez que tiro los dados es una menos para la última. El choque de los dados contra la superficie y entre si me resulta más familiar a cada tirada. Como si ya hubiese estado así antes y hubiese llamado a la puerta para que me dejen volver. El roce de mis manos contra mi pelo crea un zumbido extraño que persiste aún pasados unos segundos.

Tiro los dados una vez más y me despido por las dudas. Cae el uno azul y el rojo es un...

lunes, 7 de julio de 2008

Cam

Cuidado conmigo es lo que gritaría la gente si no tuviera cara para expresarse. Enseñarían los dientes y gruñirian si me cruzo con ellos por la noche en una calle vacía.

Se meten la mano en los bolsillos. Miran a los cristales y vigilan mi reflejo. Caminan más despacio que yo para vigilar mi espalda. Se sientan a una distancia de seguridad en el metro. Comprueban si su familia está a salvo con frecuencia. Y es que han localizado un depredador en la jaula.

Entregales tu tiempo, tu casa y tu televisor. Deja que se casen con tus hijas y que luego las decapiten, Bolena. Busca un altar y ofrece tu suerte a sus dioses. Sacrifica tu dignidad por un sueño.

Compra lo que vendan y regales lo que te pidan. Sonrie humilde cuando os cruceis en la calle.

Vistete porque estás desnudo y no tienes tiempo para mirarte al espejo con lo que haya encima de tu litera. Calzate las botas que sean de tu numero y metete en la cámara que te indiquen.

Un dedo es el que señala, la persona es la que lo persigue.

martes, 17 de junio de 2008

Yo miento

De la misma forma que algunos tienen la necesidad de un dios para amarle yo la tengo de un dios al que matar.

Querida señora:

Llevo intentando enviarle este mensaje desde hace meses pero cada vez que me atrevo a enviarlo una locura se apodera de mi y me obliga a destrozar mensaje y medio. He escrito estas lineas ya más de veinte veces y cada vez que las pienso me suenan distintas. Palabras que suenan más fuertes o más debiles. Tonos más agresivos o más pusilánimes. El ritmo de la carta cambia como si de una canción nueva se tratase. ¿Estaré condenado a repetir esto hasta que haya reproducido cada canción existente? ¿Me saldrán callos de escribir de esta forma nerviosa, rasgando el papel y enrojeciendo mis huellas dactilares con las sangre que bombea?

Calmo la tormenta de ideas que escribiría si fuese dios. Con mi omnipotencia crearía arte incomprendido por generaciones. Me adelantaría a mi tiempo tantos años como los que quedan para el juicio final. Sería un dios, un proactivo suicida. Me reiria de los inmortales y de los que mueren también. Tocaría sonatas en los sueños de los artistas que jamás soñarían para luego aplastar su entendimiento y confundir sus sentidos. Me divertiría mirando los circulos viciosos de la vida del hombre como un niño mira el remolino que forma el agua antes de perderse en las tuberías.

Sueño con todo esto y más. Con las pasiones violentas y la lujuria muerta hace tiempo. Veo a la gente vomitar en un último estertor palabras de remordimiento y constricción. La fe vuelve a ellos como los milagros hacen caminar al muerto y al herido de muerte.

jueves, 12 de junio de 2008

2:50

El tiempo no pasa, descansa sobre mis hombros.

Se desenrolla por mi espalda tan despacio como el tiempo que tarda en quitárseme el sabor de tus mentiras de la boca.

Vacio los bolsillos que tuve llenos de mis manos y cambio la forma de mi mirada. Ahora veo todo gris. Ahora todo negro. No veo nada. Los ojos me producen un cierto quemazón en la parte interna de los párpados. Se me hace dificil. Se me hace todo cuesta arriba. Es imposible desnudar la verdad a estas horas de la noche.

El corolario es que aburre sentir las mismas alegrías desde hace meses. Se hace pesado sufrir las mismas desgracias. Lo que soñaba antes despierto me consumió esa parte del cerebro. Las noches no pasan para mi. Me despierto fresco por la mañana pero mi vida en sueños murió sin sufrimiento y sin hacer ruido.

Mi vida. Unos dias se conectan con otros indefinidamente. Estoy condenado a vivir.

jueves, 5 de junio de 2008

No es por molestarte. Y perdona por interrunpirte pero me han contado que la raza de la mujer de la última noche no era la que estabas esperando. La musa no llego cuando la llamaste y dejaste a todo el mundo con un palmo de narices. Si no te engaño es que te digo la verdad. Si dudas de lo que digo no dudes de lo demás.

Cuelgan cuchillos de pomos en mi casa. Los ato con cuerdas y marco habitaciones de ese modo. Convierto el lugar donde uno vive en un laberinto, con señales dispersas por toda la casa. Las mascotas que traen mis amigos saltan de sus brazos y salen corriendo si se acercan a un habitación marcada.

El chirrido despierta a los vecinos. Mi casa se derrumba. En el sótano de la colina me reuniré con vosotros.

jueves, 29 de mayo de 2008

Scherzo

La lluvia caería a rafagas si por mi fuera. Inundaría la calma que encuentra la nube solitaria de nuestros paseos suicidas. La columna de humo de la ciudad destruida se alzaría visible desde paises extraños donde niños asombrados montados en bicicletas frenarian en seco y señalarían hacia ella. La huella que dejamos no tendrá forma de hongo sino de rayo. Olerá a azufre por todo el oceano y los supervivientes perderán el juicio, se suicidaran en masa y con los restos montarán orgias.